Aprovechando una "escapada" al centro de Europa para visitar algunas ciudades con mercadillos navideños famosos, la semana de primeros de diciembre estuvimos en Stuttgart y de ahí a Göppingen
Una vez hechos ya mas de 2000km, la tentación era irresistible. Además, la construcción de la estación principal de la maqueta necesitaba cerca de dos docenas de desvíos eléctricos, de los que no tenía todos y era el momento.
Así que llegamos a la sede de Märklin en Göppingen sobre las 12 del mediodía y como no era la primera vez que visitábamos las instalaciones, pues fuimos directamente al grano. Además, nuestro labrador se quedaba en la autocaravana, así que no se podía estar mas tiempo del necesario para dar una vuelta por la tienda-museo y lo principal, que consistía en pasar por un torno, entrar en la zona donde venden material de todo tipo, incluído algo de otras marcas dedicadas a paisaje, y un espacio (muy reducido y con vitrinas bajo llave) dedicado a la escala Z.
Curioso, pero nos dimos cuenta en nuestra anterior visita, que cuesta que nos entiendan cuando solicitamos ver material de escala Z. En cambio, mencionas "mini club" y todo solucionado. Una persona te acompaña, abre las vitrinas y le indicas lo que quieres.
A diferencia de la tienda, donde todo el material es nuevo y con los precios de catálogo, en esta sección se puede encontrar material, sobre todo rodante y máquinas a precios reducidos, suponemos que por ser procedentes de devoluciones reparadas o utilizados en las muchas exposiciones a las que acude la marca.
Lo cierto es que los desvíos tenían un precio mas que interesante, así como algunos coches de viajeros y material de catenaria, postes, etc. Aún así, extraña que siendo la sede y con la fábrica al otro lado de la pared, algunas referencias que pedí, o no tenían o solo les quedaban algunas unidades, como las torres de catenaria, que no pude completar el pedido.
Una hora después, salíamos de allí con dos bolsas repletas y muchas ganas de no salir y seguir comprando.
Comida en esa ciudad y de nuevo al camino, siguiendo nuestra visita a los mercadillos que, a fin de cuentas, era el motivo principal del viaje.